jueves, 19 de abril de 2018

Dirección de Arte: La Casa de las Miniaturas

Con solo tres capítulos esta mini serie dirigida por el catalán Guillem Morales para la BBC me ha dejado fascinada


Finales del siglo XVII, Amsterdam está en pleno apogeo gracias al comercio. Nella se muda a la ciudad para vivir en una casa enorme (y oscura) con su nuevo marido y su cuñada. Como regalo de bodas recibe un aparador con forma de casa de muñecas, con la misma distribución que su nueva casa. Y así comienza la serie, no voy a meterme más en el argumento, cuanto menos sepáis más os sorprenderá.

La serie es una adaptación de la novela con el mismo título que Jessie Burton publicó en 2014 y se emitió en la BBC estas pasadas navidades.

La protagonista se encuentra con un Amsterdam de negocios que se cierran en banquetes opulentos y a la vez con una sociedad de lo más reprimida y puritana. El día y la noche, el color en las elegantes reuniones sociales nocturnas y el negro riguroso en las mañanas de iglesia calvinista.



Arriba un fotograma de la serie, abajo dos obras de Emanuel de Witte.

En cuanto a la dirección de arte es de admirar, en primer término, la recreación de una ciudad prácticamente desde cero. La actual Amsterdam a penas conserva nada de esa época, por eso los exteriores se rodaron casi todos fuera, la casa en su mayoría se rodó en plató y en un edificio del sur del Londres con una arquitectura similar a la de la época.



Arriba un fotograma y abajo una obra de Gerrit Adriaensz. Berckheyde, Amsterdam en 1686.

Más que evidente es la influencia de pintores barrocos y del Siglo de Oro de la pintura holandesa. Las escenas de género que representaban la vida cotidiana, los bodegones y los retratos colectivos son su temática más característica. El contraste que se produce mediante la utilización de la luz direccional crea profundidad, volumen y dimensión en algo plano (ya sea un lienzo o una pantalla de televisión/ordenador).



Caspar Netscher


Vermeer

Esa atmósfera que se crea en la pantalla te ayuda a meterte en la historia, tienes la continua sensación de estar viendo un cuadro de Vermeer o Rembrandt con el aliciente de una historia interesante e intrigante.



La sobriedad y la opulencia, que recuerdan a los bodegones de Pieter Claesz.



Espacios oscuros de techos altos, muebles macizos y enormes, amenazantes, mientras a su alrededor se desarrolla la vida cotidiana y se esconden secretos. Un vestuario impecable, la dualidad entre opulencia y sobriedad permanece visible también en este aspecto, colores brillantes y saturados envueltos en un ambiente oscuros y lúgubre.





Cada estancia es una maravilla, los suelos de baldosas blancas y negras son como tableros de ajedrez donde se disponen las piezas de un mobiliario perfectamente ordenado.



Vermeer


En conclusión, una serie diferente con una historia interesante que merece ser contada y una dirección de arte muy trabajada que merece ser reconocida. 

¡Hasta pronto!



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