A veces podemos encontrar soluciones en objetos totalmente inesperados, hoy os cuento cómo encontré mi nuevo cabecero para la cama
Cuando llegué a esta casa y pensé en decorar mi cuarto sabía que quería un cabecero original, la pared de la habitación estaba pintada desde hacía pocos años así que quería tratar de conservarla en buen estado lo máximo posible.
Mi anterior cabecero en el piso de Madrid estaba hecho con CDs reciclados y puedes ver como lo hice aquí.
Esta vez quería algo más clásico pero con el mismo espíritu de ahorro y reciclaje que siempre pretendo sin sacrificar la estética y la originalidad ¿sería posible todo esto? ¿estoy pidiendo demasiado?. La solución llegó como caída del cielo de nuevo, si prestamos atención a nuestro alrededor a veces podemos encontrar respuestas muy simples.
¡Una valla de jardín! Si, una celosía o panel de madera trenzada natural muy básico, sin barnizar ni nada, una madera muy parecida a la de los palets que están tan de moda pero mucho más fina (no quería que ocupase mucho espacio detrás de la cama) y ligera, que se pueda colgar a la pared.
Leroy Merlin me ofrecía muchas alternativas económicas como por ejemplo
esta celosía de jardín o
esta valla de madera por menos de 10 euros. El color de base no me importaba, sabía que acabaría pintándola con mi adorada
AUTENTICO Chalk Paint blanco.
Finalmente me decidí por
este panel de 90x180 cm:
Añadí también a la compra un sistema para pendular armarios muy simple que consiste en dos plaquitas de metal que van ancladas a la pared y otras dos que van atornilladas a la valla-cabecero. Una encaja en otra así que quitar y poner el cabecero es tan fácil como descolgar un cuadro de la pared, no pesa nada. Eso si, cuidado al hacer los agujeros en la pared con el taladro, tomad bien las medidas antes de nada.
Esta es una de las dos placas que van atornilladas a la pared.
Y esta es la parte que va atornillada al panel.
A continuación lo pinté pero esta vez con brocha en vez de con rodillo y le di solamente una mano, no quería un acabado muy cargado y no me importaba que quedasen imperfecciones, ese era el efecto que buscaba sin llegar a utilizar la técnica del desgaste con lija ni nada de eso.
Y así lo tengo colocadito, como mide 180 centímetros es más grande que mi cama y sobresale un poquito que es algo que buscaba a propósito para que se viera más y que no lo tapasen del todo las montañas de cojines que tengo puestas delante. Quizá con el tiempo intente subirlo un poquito pero del otro lado tengo una cómoda alta (que os la enseñaré más adelante) y no quería sobrepasarla de altura...
Si no os gusta que sobresalga pensad que algunas vallas de jardín se pueden cortar a la medida que queráis, incluso en Leroy Merlin podéis hacerlo directamente.
¡Animaros a cambiar vuestro cabecero de una forma muy económica!
Y, sobre todo, si lo hacéis... ¡contádmelo!
¡Hasta pronto!